domingo, 10 de abril de 2011

Salas llenas, estómagos vacíos

"ENTREMOS YA O NOS TOCARÁ EN LA PRIMERA FILA, Y AHÍ ES UN SUPLICIO VER LA PANTALLA" (Un espectador a otro a la entrada del Monopol para ver el Foro Canario).


  
 El Foro Canario lo peta.


 Esa es la realidad (a pesar de que algunos trabajos no eran muy comerciales, de hecho algunos ni siquiera eran trabajo). Espectadores de última hora se pasean por el pasillo central tratando, como el grumete de la Santa María, de divisar a lo lejos alguna butaca vacía entre la vorágine de cabezas sentadas. Otros, por desgracia, se quedarán de pie al fondo de la sala. 


¿Increíble?... pero cierto.


   La sección estrella del Festival de Cine de Las Palmas es, le pese a quien le pese, sin duda el Foro Canario.
   Los espectadores canarios sí se sienten atraídos por las propuestas hechas en Canarias y por canarios, aunque sólo sea por aquello de que tu prima sale en un corto como actriz, o tu hijo dirigió su propia peliculita y es un orgullo de madre verla en la pantalla de un cine "de verdad".
   La asistencia a las cintas exhibidas en las otras secciones es minoritaria en comparación con la del Foro. Esto no quiere decir nada, en absoluto. La sección Oficial seguramente contendrá mejores trabajos que la sección canaria, pero ¿alguien lo sabe? 
   Yo asistí a diversas proyecciones de otras secciones en esta edición, y no recuerdo contar a más de quince o veinte personas en la sala. 


Sin embargo, el Foro Canario lo peta.


   Señores organizadores del festival... pregúntense el porqué.


   Quizás sea hora de abrirse un poco, de dejar entrar un número mayor de obras a la citada sección. Doce no son muchas, si se quiere ser un fiel reflejo del panorama de actualidad que reza ahora mismo en nuestra geografía. Quizás sea hora de usar ese presupuesto público para ayudar a crear industria en nuestra tierra, que buena falta nos hace.
 Porque si esperamos a que el sistema de ayudas audiovisuales del Gobierno de Canarias, con sus normativas absurdas, sus cortapisas, sus barreras infranqueables para el común de los mortales, de su frutos y se materialicen algún día en algo parecido a una industria cinematográfica... no me esperen a cenar.


¿Cuánto es el porcentaje de cortos rodados al margen de subvenciones, en relación a los producidos en el sistema de ayudas? No lo se exactamente, pero seguro que es aplastante.


 La peña quiere rodar, hacer cosas, hay algo en el ambiente... ganas, muchas ganas.


   Todo esto me hace pensar, tener esperanza. Lo único que necesita una industria es un mercado, y lo único que necesita un mercado es un producto y un consumidor.


   Hace años era impensable una industria televisiva en nuestra tierra, y sin embargo ahí está. Hay maquilladores, sonidistas, cámaras, etc etc que no tienen que cargar bloques en la construcción (con todos mis respetos a quien carga bloques) para poder comer. 
A día de hoy, nos parece una utopía que esa misma industria acoja a los cineastas y les permita sobrevivir sin que su talento se pudra y desaparezca antes que acaben todos con el estómago vacío de pan y de ilusión.


   Siempre pienso en el programa de Antena 3 Canarias Objetivo en Corto, presentado por el también cineasta Iván López. Ese programa hace tres años contaba con un presupuesto muy pobre, y un formato casi subdesarrollado. Pero en apenas dos temporadas, el programa ha crecido hasta convertirse en un referente, en un paso más dentro del circuito natural a recorrer en su andadura por el cortometraje sin subvenciones canario. Ha crecido en presupuesto, en formato, en contenido. ¿Por qué? Pues porque tiene un público, uno interesado por el audiovisual canario, por el mundillo del corto canario. 


En resumen, un consumidor. Ahí lo tienen. Está de pie, al fondo de la sala. Háganle caso.