jueves, 18 de agosto de 2011

Maldigo la poesía... (...)

"MALDIGO LA POESÍA CONCEBIDA COMO UN LUJO CULTURAL POR LOS NEUTRALES, QUE LAVÁNDOSE LAS MANOS SE DESENTIENDEN Y EVADEN. MALDIGO LA POESÍA DE QUIEN NO TOMA PARTIDO HASTA MANCHARSE" (Gabriel Celaya)



   El cine es... el cine es principalmente tres cosas: Arte, Negocio y Medio de Comunicación.
O al menos eso nos enseñaban en aquel cursillo cinematográfico. Y nos preguntaban, con respecto es esos tres elementos, si el orden de los factores alteraba el producto.


   Por supuestísimo que sí. ¿Y cuál sería el orden que ustedes preferirían?


Actualmente, en el cine industrial, el negocio prima por encima del arte y del medio de comunicación, y eso es lo que lo convierte en industria, y permite vivir de su trabajo artístico a miles de personas.


   En Canarias no existe esa industria, y por lo tanto, muy pocas personas pueden vivir del cine. Entonces ¿Cuál es el orden correcto de esos tres elementos en el panorama canario? Quizás gracias a esa carencia industrial, los trabajos que vemos, sobre todo en el cortometraje canario, están impregnados de una independencia creativa que hace que el arte predomine sobre los otros dos conceptos.


   Sin embargo... (siempre hay un sin embargo)... mi preferencia sería otra. Creo que el cine es un arma muy poderosa como medio de comunicación, como para que sea un simple juguete lúdico con el que pasar el rato.


   De esta forma, el cine mundial nos ha ofrecido grandes obras de denuncia social, que no por su contenido han necesariamente de renunciar a la plasmación artística, pero que priorizan el concepto de medio de comunicación sobre los otros elementos.
   En "El acorazado Potemkin" confluyen fondo y forma en un equilibrio envidiable. En "Novecento" contemplamos un enorme fresco pictórico.


   Pero si trasladamos ese concepto al terruño de nuestro cine, de nuestra producción audiovisual canaria, hemos de admitir que encontraremos muy pocas obras de denuncia social.
   Me viene a la memoria el "Negritud" (Patrick Bencomo 2008), o "Vidas desesperadas" (Domingo D. Ojeda 2008), y yo, por mi parte, aporté mi granito de arena con "Princesa" (2003) y "Los pechos de Paula" (2009).
   Supongo que habrá algunas más, y que sus realizadores me perdonen por omitirles, pero lo cierto es que la denuncia social y política casi que brilla por su ausencia en nuestras filmografías.


   ¿Y por qué? Vivimos unos tiempos revueltos, de esos de negras tormentas que agitan los aires, lo cuál sería un caldo de cultivo casi imponderable para que nuestros cineastas se volcaran en la protesta, en la denuncia, en el grito. Y sin embargo nadie plasma las manifestaciones, la crisis, los porrazos de los maderos, los desahucios, los despidos, los abusos de los empresarios, los privilegios...


   Ya sé que cada uno debe de rodar lo que quiera y sienta que debe rodar. Sólo digo que me extraña que no haya mas cineastas queriendo y sintiendo contar lo que pasa a nuestro alrededor.
   Y yo entono el Mea Culpa. Desde "Los Pechos de Paula" (2009), he rodado varios cortometrajes, y con la única excepción de "En el Lago Azul" (2010), todos los demás han sido trabajos intimistas, personales, existenciales si me permiten la expresión.


   Hergé, el dibujante de Tintín, pasó la guerra mundial y la ocupación germana de Bélgica dibujando historias de puro escapismo. El que había sido en sus primeros albúms un espejo político de la situación mundial, se dedicó a visitar islas misteriosas, a buscar tesoros hundidos. 
   Ésto es sin duda comprensible, en el contexto histórico de la ocupación nazi, pero ¿Y ahora? ¿Qué nos pasa?


   Y lanzo una pregunta / reflexión a los directores canarios, críticos de cine, público, amigos y enemigos, que me leen:
¿Tenemos los cineastas canarios una responsabilidad civil, como creadores, de trasmitir la realidad social de nuestro tiempo, de comunicar, como otrora los Bertolucci y Bardem, o Goya, pintando los fusilamientos desde su ventana? ¿O por el contrario, podemos permitirnos, en los tiempos que corren, el lujo cultural de los neutrales, del que habló Celaya? 


Ahí les dejo la pregunta, con este cuadro que no necesita explicación... espero.

sábado, 13 de agosto de 2011

Gáldar 1936

LA ACUARELA DEL RECUERDO...


   Hace algunos días, me encontré con un interesante post en ese excelente blog que es El Escobillón, post que versaba sobre la guerra civil en Canarias y su tratamiento literario.
   Ciertamente, hay abundante bibliografía sobre el tema, pero me hizo pensar en la carencia que nuestra "industria" (?) cinematográfica canaria presenta al respecto. 
   Me vienen a la memoria documentales, algunos muy buenos como "Los salones de la Feyffer" de David Baute, pero en el terreno de la ficción creo que los trabajos que versan sobre la Guerra Civil en Canarias podrían contarse con los dedos de una mano (y nos sobrarían dedos).

   Durante años, hemos podido ver filmes sobre la posguerra en Madrid, en Galicia, en Extremadura, películas sobre cómo se vivía durante la contienda en la España profunda. 
   Es verdad que muy pocas trataban de la guerra en sí. De hecho, tuvo que venir Ken Loach con su "Tierra y Libertad" a decirnos de que iba el tema.


   Todo esto me hizo rebuscar en mis archivos y rescatar unas antiguas láminas que yo había dibujado hacía ya años, y que giraban en torno a uno de los episodios menos conocidos de nuestra Guerra Civil.
   Aquellos sucesos recibieron el nombre por parte de los historiadores de "La sublevación de Gáldar", nombre que nunca ha dejado de hacerme gracia. ¿Qué nombre recibe cuándo los sublevados se sublevan contra los sublevados?

   El hecho es que yo contaba con información de primera mano a la hora de contar aquella historia, ya que basé toda la obra en los recuerdos que mi abuela, que en 1936 contaba con 10 años, me trasmitió y me dejó por escrito.

   Traté de ser lo más fiel posible al manuscrito, hasta el punto de que, tras contrastar la historia de mi abuela con un experto, decidí mantener los errores que el recuerdo y los años habían cambiado en la memoria de mi abuela.
   De esta forma, los regulares de Melilla que ocuparon el pueblo, se transformaron, gracias a los recuerdos, en legionarios, y así se quedaron, a pesar de lo consciente que yo era de mi error.



   La sublevación de Gáldar vista a través de los ojos de una niña de diez años.


   Años después, traté de convertir aquellas láminas en un cortometraje, tratando de vender a las instituciones esa idiosincracia canaria de la que tanto se habla últimamente.
   Naturalmente, no tuve éxito en mi intento, aunque he de reconocer que suelo rendirme muy pronto ante los silencios administrativos.
  
 Pero no dejo de pensar que podría haber sido un trabajo interesante, y una historia que merecería ser contada. Lo cierto que éste es uno de esos proyectos que no pueden afrontarse desde los parámetros del cine leve, ni desde la independencia creativa. Es un proyecto que precisa de presupuesto elevado, vestuario, localizaciones, ambientación etc etc... así que puedo asegurar que se quedará, como tantos guiones imposibles, en los cajones virtuales de nuestros ordenadores personales.


   Pese a todo, siempre que me planteo todo esto, termino haciéndome la misma pregunta. 
A estas alturas ¿A quién demonios le va a interesar la sublevación de Gáldar?

miércoles, 10 de agosto de 2011

El último regalo del maestro



                                  Samuel Nemirovsky en "Hanna después del tiempo"

   No hace mucho, tuve la oportunidad de ver "Juegos de Lucha" de David Xarach, un largometraje independiente, sin subvenciones, hecho en Canarias por canarios. 
   Ése fue el principal motivo por el cuál quise verlo, porque creo que rodar un largo independiente en estas islas perdidas, sin subvenciones, demuestra un amor por el cine, (y unos huevos como macetones) que ya quisieran muchos subvencionados habituales.


   (Jo qué pesao el Lacave con lo de los subvencionados... bueno, es mi blog ¿no? escribo lo que quiero)


   Pues eso. 


   Viendo el largo de Xarach, me encontré con una grata sorpresa. De pronto me vi ante uno de los actores mas entrañables con los que he tenido la oportunidad de trabajar, y me refiero, como ya reza la foto, al gran Samuel Nemirovsky.


   Samuel era un genial actor argentino, de la misma escuela y a la misma altura interpretativa de un Alterio o un Luppi. que, por suerte o por desgracia, vivió hasta su muerte en esta ciudad de indigentes culturales que es Las Palmas de Gran Canaria.


   Tuve la oportunidad de conocerle allá por el año 2004, cuando yo, inmerso en la pre-producción de mi cortometraje "Hanna después del tiempo", buscaba un actor principal que tuviera más de 60 años. 
   Esto, que parece bien simple, y lo sería en cualquier otra parte de nuestro país, era harto complicado en nuestra ciudad. ¿un actor mayor, que sepa interpretar bien el drama?... Así que el encuentro con Samuel era casi inevitable.


   Durante aquella época tuve la oportunidad de conocerle de cerca. ¿Cómo olvidar sus historias? - Que si hizo teatro en París, que si participó en una película pornográfica en Canadá-
   Siempre con su gorrita de proletario, rondando por la terraza del Hotel Madrid... y con aquel sexto sentido para presentarse en todos los eventos con canapés incluidos. 
   Todo un personaje, un aventurero al que yo le envidiaba sus viajes y sus historias.


   Samuel me regaló aquella impresionante interpretación en "Hanna después del Tiempo" y se fue. No hubo tiempo para mas.


   Pero antes de marcharse, nos brindó a mi amigo David Delgado y a mí un último regalo.


   En la habitación del hospital a la que fuimos a visitarle para despedirnos, nos dedicó una frase que llevo grabada a fuego:


   "Cuando ruedas una película, si crees realmente en lo que estás contando, eso hará que ames lo que estás haciendo, y entonces, siempre, siempre, te saldrá bien".