domingo, 22 de abril de 2012

Regreso a Ítaca

TODOS LOS VIAJES SE INICIAN CON UN PEQUEÑO PASO


    Ulises se ató al mástil para no escuchar los cantos de la sirena. Que si un trabajo estable, que si domingos de fútbol, que si veranos en la playa.


   Se compró un caballo de Troya marca Panasonic full HD y se fue de viaje. Su Penélope no estaba por la labor... no se puede tener todo, Ulises.


   Y vio muchas cosas.
 Escila y Caribdis, los muy cabrones, le hundieron el barco varias veces. Ya no quedaban dracmas ni para comprar sobres acolchados y "deuvedés" vírgenes, pero no importaba.


   El palacio de Cnossos estaba ocupado, no había plazas ni habitaciones libres, así que Ulises se fue a dormir con los Polifemos que resultaron ser mejores personas, mas honestos que la nobleza helénica.


   Y aquí sigue, como Sísifo, subiendo la piedra a lo alto del monte, sin importarle que se le caiga una y otra vez, porque lo que realmente le gusta a Ulises (sí, sí) es subirla.


   Hace ya diez años que Ulises partió de su Ítaca de ilusiones. Llegó a Troya donde perdió la inocencia, donde se le perdieron las flechas.
Por el camino dejó atrás tantas cosas, cosas que perdió o que nunca tuvo, pero a cambio encontró otras, otras cosas, otras personas, otras miradas.


Y hoy ha iniciado su regreso a su Ítaca. El camino es largo, pero todos los viajes se inician con un pequeño paso...


...ya te digo, toda una odisea.