jueves, 5 de julio de 2012

"Meterse en la mierda"

EL SUEÑO DE LA ANSIEDAD
                       Comic "Crónicas del Desencanto"- (Dibujos y Guión:Daniel León Lacave)

   Esto que ven en el dibujo de arriba es lo que los camareros llamamos "estar metido en la mierda". Jerga de hostelería, ya saben... "prepáralo todo bien, que si no, nos vamos a meter en la M...". Siempre me gustó lo de "la M", una forma de decir "mierda" sin decirlo.


   "Meterse en la mierda" es eso, que se te acabe el hielo, que la cocina no te pase los platos, que te falten cucharillas, que la cafetera no funcione, y todo justo en ese momento en que todos los clientes se ponen de acuerdo para levantar la mano todos al mismo tiempo.
Y me ha pasado, créanme, un "puñao" de veces.


   Yo, que he recorrido el (no tan largo) camino que va desde ser un marxista convencido hasta ser un anarquista visceral, y que lo único que aprendí en el cuartel es a reforzar (más aún) mi total desprecio por cualquier cosa que huela a autoridad, ya no tengo estómago para aguantar a jefes y clientes.
   He llegado a quitarme el mandil y dárselo al cliente de turno, diciéndole: "Tenga, de la vuelta a la barra y hágalo usted, porque desde ese lado parece más fácil".


   Y así todo, tras veinte años en la profesión, aún sigo teniendo a veces esos sueños de ansiedad en los que estoy tras la barra y nunca llegas a terminar de hacer lo que tienes que hacer.
   Te piden un descafeinado y no encuentras el sobrecito, luego no encuentras el azúcar. Entonces haces el descafeinado de máquina, pero no encajas bien el brazo y todo se derrama. La serpentina no echa vapor y no puedes calentar la leche... y entonces te despiertas.


   Es curioso, pero en los años que llevo rodando películas, jamás he tenido un sueño de ansiedad con respecto a un rodaje. (A este respecto recomiendo "Vivir Rodando" de Tom Dicillo, en el que Buscemi sueña que no consigue rodar un puñetero plano.)
   Yo, en cambio, no. Nunca.
   Y no es porque no me ponga nervioso en los rodajes (al menos en los que me toca dirigir a mí). De hecho, tengo una imagen de mi mismo dándole furiosas patadas a un rollo de servilletas de papel que, anacrónicamente, se coló en un plano ambientado en el siglo XIX.


  Incluso las noches antes de comenzar los rodajes me cuesta muchísimo dormir (mis ex pueden corroborarlo). Mi mente va a mil por hora, tratando de retener todos los detalles, que no se me olvide ningún matiz, ningún elemento para el día siguiente.


   Y sí, también te puedes "meter en la mierda" en un rodaje. De hecho, pasa a menudo.
   Eliges una localización cojonuda, que vas a verla varios días antes, y cuando llega el día del rodaje, hay una ruidosa obra con taladros en la casa de al lado que te impide tomar sonido directo. 
   Y como ésta, hay muchas.


   Sin embargo, no siento ansiedad.
Supongo que algún psicólogo podría explicarlo.
Yo, desde luego, no.