miércoles, 27 de febrero de 2013

Otra vez esa sensación...

Nada que editar
  
 Alguien dijo que el vacío es sólo un espacio que aún está por rellenar, y puede que sea verdad, pero no es tan fácil.
   
   La semana próxima, el martes en Las Palmas y el jueves en Tenerife, estrenaré mis dos últimos trabajos, junto con el de otros compañeros leves, y ya estoy notando esa sensación de vacío que se apodera de mi siempre que miro el ordenador y no queda nada que editar.

   Ya casi casi he terminado, a falta de unos mínimos retoques, la edición del largometraje "La nada cotidiana", ópera prima de la directora Fátima Luzardo, película que debo admitir que ha influenciado un poco, salvando el estilo personal, uno de esos trabajos que se podrán ver la semana que viene. En concreto, hablo de "Mirando hacia atrás", que a pesar de las diferencias estilísticas, bien podría ser un episodio mas de de esa propuesta coral que Fátima nos regala.

La Nada Cotidiana (Fátima Luzardo- 2013)

   Afortunadamente, hay proyectos en el horizonte. No iniciativas mías, es verdad, pero sí que son proyectos interesantes que puedan calmar un poco esa sed creativa que uno arrastra.
   Entre otros proyectos,  está el "Tierra de fuego" de Armando Ravelo, en el que, si nada se tuerce, podré estar presente en calidad de ayudante de dirección.

Tierra de Fuego (un proyecto de Armando Ravelo)

  Una bonita propuesta de un realizador que. aparte de su evidente talento cinematográfico (el cuál he tenido la oportunidad de comprobar tras colaborar en dos de sus "leves" trabajos), uno de sus principales valores es la persistencia y el empuje (ése que yo perdí y no sé donde lo puse) que le lleva a seguir tratando de poner en pie grandes producciones a pesar de los tiempos que corren. Ya saben, si sigues rodando, pase lo que pase, haya o no haya ayudas estatales, es que amas esto. 
   Si no... pues ya saben...

   Yo, que he colaborado ya con muchos directores canarios, los ya citados Ravelo y Fátima, David Delgado, Pedro García, Borja Texeira, Guillermo de la Guardia, Luis Alberto Serrano, Manolo Dauta y otros, tengo que decir que, a día de hoy, tras once años en este mundillo, cuando voy a ayudar a alguien a rodar su corto, no lo hago ni porque me guste o me deje de gustar el guión que me presentan, ni por aquello de devolver o generar favores.
   Si colaboro con alguien lo hago si ese alguien es honesto. Lo repito: Honesto.
   Si lo eres, me tienes dándolo todo por tu película. Si no, ya te puedes ir a pulpiar...

   Por otro lado, para alguien como yo, para quien esa parte de distribuir, enviar a festivales, presentar etc etc le resulta odiosa, las colaboraciones con otros directores es comparable a la metadona.
Sí. La metadona llena ese vacío, pero no es menos cierto que lo que uno necesita es heroína.

   Y sí. Enfrentarme a ese vacío siempre me produce un vértigo existencial, porque no se trata de escasez de historias. Será por guiones. No. Se trata de esa lucha interna, de ese diablillo y ese ángel de los dibujos animados que me susurran al oído. 
   Uno dice que sí, que me gaste lo poco que tengo en otro corto, que la vida son dos días y que uno debe hacer lo que le gusta o la vida no tiene sentido, mientras que el otro me habla de recibos de Endesa, de uniformes del colegio y de la compra en Mercadona.
   Lo que aún no he conseguido averiguar es cuál de los argumentos defiende el diablillo y cuál el ángel...