martes, 14 de mayo de 2013

Error picture show


   En algún momento del proceso de postproducción hay que saber decir "basta". Parar y dar por concluida la película.
   Las posibilidades, variaciones o permutaciones, pueden ser infinitas. Cambios de color, cambios en el orden del montaje, cambios de sonidos.
   Lo bueno es tener, como tenía Hitchcock, el convencimiento de que la película está acabada con el guión, y que luego "tan sólo" resta fabricar las piezas que están en el plano y juntarlas.

Lamentablemente, no todos somos Hitchcock.

   Es cierto que el mundo en el que nos movemos es cada vez mas vertiginoso. El Facebook, los festivales, iinternet y nosotros mismos lo devoramos todo a una gran rapidez, convirtiendo en "viejo" algo que tan solo tiene tres o cuatro días de existencia.

   Los festivales de cine no quieren nada rodado hace mas de un año.
Nosotros decimos "eso está ya muy visto, lo vi en facebook la semana pasada"...

   Por eso la producción,edición y estreno es cada vez mas rápida.
Vemos carteles en las rede sociales, carteles de cortometrajes que aún no se han rodado, ávidos de productos perecederos.
Vemos las fotos del rodaje la misma tarde después de rodar. Vemos trailers y making of antes de que se haya terminado el periodo de rodaje.

   Y es que necesitamos "vendernos" lo mas posible.

Eso nos lleva a veces a cierta precipitación a la hora de montar nuestra peliculita. 
Pedimos fecha de estreno al Tea o al Monopol cuando aún no hemos terminado de editarlas. ¿Por qué?
Los actores quieren verla. Algunos se llevan una copia sin etalonar, o sin sonorizar para incluirla en su videobook.

   Pero luego, con el paso del tiempo, vuelves a ver tu película y caes en la cuenta de que no le dedicaste el tiempo necesario al montaje, que no la dejaste reposar debidamente para volver a acometerla.

   Cuando esto pasa, hay dos opciones:
   Puedes retocarla, creando la tercera, cuarta o quinta versión, o puedes asumir los errores y dejarla como está.
   En la primera opción, nunca das por finalizado el montaje, a pesar de haberla estrenado y proyectado, y sigues experimentando y aprendiendo.
   En la segunda opción, aprendes de tus errores.
   De esta manera, tu montaje imperfecto queda como un testimonio de los errores que no debes volver a cometer, y puedes recurrir a su visionado para no volver a cometerlos.

   Alguien me dijo una vez (o lo leí) que el creador ha de ser fiel a sus defectos, porque son precisamente ellos los que, a la larga, te proporcionarán el estilo propio.

   Seguimos rodando.