miércoles, 14 de agosto de 2013

Mínimo común múltiplo

  
 Realmente, sólo tuve, junto con el director de fotografía, que elegir el plano, ubicar la cámara y poco mas.

   Hace poco leí por ahí, creo que en el puñetero facebook que no sé quien dijo que aquel realizador que presta atención a la parte técnica y no a la dirección de actores merece la muerte... o algo así. 

   Y puede que sea verdad. Desde luego, al nivel que nos movemos y con el tipo de historias que contamos, nuestro trabajo sería una gran M si los actores no hicieran creíble la narración.

   Pero si, como en este último trabajo, cuentas con actores como Borja Texeira, Lamberto Guerra, Cathy Pulido, Fátima Luzardo, Penélope Acín, Tonono González, Víctor León, Yazmina Ramírez, David Curtelin, Leonor Cifuentes, Sara Guerra, Tamara Déniz, Carmelo Alcántara, Abraham Santacruz, Paula García y Dácil León, pues resulta sumamente fácil dejarles a su aire.

   Y si encima, muchos de ellos se implicaron tanto tanto en la cosntrucción de su personaje que incluso terminaron por reescribir no sólo sus diálogos, sino también el guión, creando escenas nuevas que reforzaran su visión del personaje, pues entonces ya me puedo sentar a ver la película.

   Y es que esto fue así.
El grado de compromiso con la historia que alcanzaron los actores fue el factor decisivo que terminó de enriquecer un guión que, aunque trabajado previamente, no pasaba de ser una guía difusa sobre la que construir.

   Quizás a otros egos esto le hubiera molestado. Quizás el que el "público" pensara que "el mérito no es enteramente de uno" o algo así... no lo sé.
Sólo sé que el cine es un arte colectivo, que no se puede hacer en solitario, y que por mucho que reduzcamos al mínimo el equipo, ese mínimo sigue siendo un mínimo común que termina dando como resultado el multiplo de las creatividades.

   Así que eso que ponemos a veces en los créditos, de lo que yo huía al prinicipio, de "Una película de Fulanito de Tal" es una gran mentira. Lo ponemos porque queda guay y tal, pero no deja de ser un acto egoíco y absurdo.

   Sí, vale. Hay una dirección marcada, determinada por el argumento y su traslación a imágenes, y hay un responsable que da el visto bueno o no al plano, pero así todo...

   Bueno, que me lío.
Eso. Que si vas a contar historias como ésta, rodéate de gente que sepa actuar. La luz, el sonido, el maquillaje, el tiro de cámara de nada valen si al actor o a la actriz no te la crees.

Ya me dirán cuando la vean, pero creo que en esta ocasión se me  salieron todos de la escala de Ritcher.