domingo, 24 de noviembre de 2013

Dácil producción y el gusanillo...

   
   La pobre Dácil estaba tan tranquila, echada en su cama encerrada en su cuarto. ¿Por qué? Porque su hermano y un grupo de desarrapados culturales habían tomado por asalto la casa de sus padres, transformando la cocina y el salón en un set de rodaje.

   Dácil les oía trastear tras la puerta: "plano tal, secuencia cuál... ese cable, que nos tropezamos..."...

   De pronto, su hermano abrió la puerta de su habitación contándole la milonga de que la actriz que tenía que rodar ese día no había podido venir y que si ella podría interpretar el papel, todo ello seguido de unos "venga, salvanos el culo, que está aquí el equipo esperando y bla bla bla".

   Tras unas leves e inútiles protestas, Dácil se maquilló e improvisó lo mejor que pudo.

Gracias, gracias... oye, por cierto, que tu personaje "sale" en otra secuencia, y claro... tal y cuál...

   El domingo siguiente Dácil estaba en una discoteca rodando esa otra escena. Luego, ya, por inercia, pues mira, que me falló la script, y no tengo a nadie en producción.

Producción...

   
Y así fue que la pobre Dácil se comió la producción de todo el largo. Almuerzos, comprar vestuario, corre a comprar pilas triple A...

   El grito de guerra del equipo pronto fue: ¡Dácil producción, Dácil producción!

   Claro. Y después... ¿por qué no hacerse un curso de cine? ¿y por qué no pedirle la cámara a su hermano? 
Ahora planifica un documental sobre Las Canteras, y rodar esto, y aquello, y se junta con la gentucilla del cine, y se toma las cañitas con los indigentes culturales mas indigentes y menos culturales de la ciudad.

   Ya la cagaste hermana. El gusanillo del cine que le llaman...

Y todo por no haberte ido aquel día de casa mientras tu hermano rodaba uno de sus truños.
Juas...