domingo, 1 de junio de 2014

Primera Tanda de Cortos. LPA Film Canarias.

AVISO IMPORTANTE:  Los que tengan el mismo camello que los del comité de selección del LPA Films Sección Canaria, cuidado, que la droga debe estar viniendo chunga.



   Debo andar mal de la vista, porque, esta tarde, en la primera tanda de cortometrajes a competición del LPA Films Canarias, no logré ver los pantalones acampanados, las camisas de botones estampadas ceñidas ni las patillas ni las melenas, así que esa sensación de estar a principio de los setenta en una sala de cine de arte y ensayo no sé que me la puede haber provocado. ¿quizás la ausencia absoluta de narrativa?

   La tarde arranca con Baise moi, por favor, de Alba González y Marine Discazeaux.
Quizás esta pieza debía de haber ido en última posición en la parrilla, para que el público asistente se fuera de la sala con la sensación de haber visto algo de cine, pero desgraciadamente fue en primer lugar.
   Un corto corto, de esos del estilo de Notodofilmfest, ya saben.
Una chica que va a un videoclub en busca de la película francesa que presta su nombre al título del corto, y cuya traducción es la clave de esta mini historia agradable de ver.

   Siguió Cementerio 35, de José Cabrera. Una especie de documental sobre una casa abandonada que por lo visto fue un almacén de bobinas de 35 mm. 
Una pena de trabajo, ya que un lugar como ése, con las cintas de celuloide enrollándose con la maleza y comidas por las moscas, anda que no daba juego cinematográfico, pero su director desaprovecha totalmente la oportunidad y se limita a editar una sucesión inconexa de planos de las bobinas y los celuloides.

   La tercera propuesta es El hombre del fondo, de José Medina.
Quizás el mejor trabajo de la tarde. 
Una sucesión de fotos con una voz en off (esta vez completamente justificada) que cuenta la historia de un hombre que nunca es protagonista de esas fotos. Interesante. 
El único "pero" que le veo es su título. Si el golpe de efecto final es descubrir que el protagonista de la historia es el que sale de fondo en las fotos, no le llames "el hombre del fondo", hombre...

   Después proyectaron un truño de David Pantaleón, La pasíon de Judas, creo que se llamaba.
Madre mía, de verdad. Un ejercicio de un taller del centro ocupacional de Valleseco que me pareció que nunca se iba a acabar.
   Me gustaría poder hablar aquí sobre el argumento, pero es que aún no lo he pillado, la verdad. Unos señores gritando a cámara "¡Judas Iscariote!- ¡Treinta monedas!- Y así como 15 0 20 minutos... o a mi me parecieron 40 horas.

   A continuación se proyectó "Paraísos" de Josep Vilageliu.
Este trabajo completa la trilogía de las "Naturalezas..." del director, y es quizás la mejor de las tres.
Contra pronóstico, es la mas narrativa de todas las películas que se proyectaron esta tarde.
   Una pareja va a ser desahuciada de su casa y  pasa sus últimos momentos cuidando y arreglando su paraíso particular metafóricamente expresado en forma de jardín.
   Está plagada de bellos momentos y sugerentes imágenes, prevaleciendo la imagen sobre la palabra, de la que hábilmente prescinde.
Lamentablemente, el metraje se hace excesivo, quizás por la constante busqueda de esas mismas bellas imágenes.
   Los actores están un poco estáticos y eso no contribuye a transmitir las emociones que expresa esta obra.

   Y por último, Retina, de Miguel G. Morales. 
Aún no sé si es una broma o qué.
Revisitando el ya clásico estilo documental Onanismo Supino, se nos muestran unas imágenes grabadas en VHS de los años 80, otras en Hi8 de los 90, etc etc, pero sin interés ninguno, ya que se tratan de videos caseros de el abuelo del director cantando en un asadero, de él con sus colegas probando una cámara de video... en fin. Y todo esto con intertítulos de "La primera imagen que grabé en mi vida fue en 1987", o "la primera cámara que me compré fue en no sé cuando"...
Apasionantemente onanista.

   Y no me parece mal que se hagan estos auto homenajes. Yo hace poco monté un video así para proyectarlo en el 70 cumpleaños de mi padre. Ya saben, mi padre en la mili, mi padre trabajando en un hotel, la foto de bodas...  no veas como aplaudió mi madre, pero jamás se me ocurriría presentarlo a un festival.
El delito no está en presentarlo, el delito está en seleccionarlo.

Y eso fue todo, hasta mañana.
Aunque no sé si mañana me acercaré, de verdad, porque anda que salir de casa para esto.
  Ya como broma está bien. Se están pasando tres pueblos con la radicalización de las selecciones.
Hay otra manera de hacer cine en Canarias, que además, es mayoritaria en comparación con este cine experimental. Cine que está bien , no digo que no, pero no nos pasemos tampoco.