miércoles, 23 de diciembre de 2015

Cine Histórico: En deuda con la verdad


  Que la industria cinematográfica se suele pasar por el forro la fidelidad histórica es algo bien conocido y aceptado.
   El Emperador Cómodo del "Gladiator" de Ridley Scott no fue en absoluto un sádico incestuoso, cruel y déspota, y mucho menos murió en la arena del Circo.

   Hablando de gladiadores, pues resulta que el tal Espartaco no era tampoco el hombre íntegro que vemos en la obra de Kubrick, ni tampoco intentaba escapar de Roma cuando fue derrotado, sino que por el contrario a lo que se narra en la película, tuvo innumerables oportunidades para salir de Italia y escapar, pero prefirió quedarse para seguir saqueando pueblos, violando mujeres y quemando casas.

   Y bueno, lo hemos aceptado alegremente, quizás desde el convencimiento de que la historia real, los hechos históricos tal y como sucedieron no resultan atractivos a la hora de construir una película.

Y puede que sea verdad. ¿Qué atractivo cinematográfico podría tener un emperador Cómodo que muere en la bañera asesinado por un tal Narcisus?

   Pero hay en todo esto algo que siempre me ha parecido una injusticia histórica.
A buen seguro que todos conocen el mito de la rebelión de La Bounty, la nave de la marina británica famosa por su cinematográfico motín, varias veces llevada al cine por la industria hollywoodiense.

   La historia es bien conocida: La Bounty zarpa hacia Tahití al mando del "malvado" Capitán Bligh, cuyo sadismo y crueldad durante la travesía termina por empujar al honesto Fletcher Christian, segundo de a bordo, a amotinarse junto con parte de la tripulación para poner fin al despotismo y a la tiranía del capitán.

   Tres visiones diferentes del personaje de Blight son expuestas en las tres versiones cinematográficas mas importantes que abordan el hecho histórico.
   Antes se realizaron dos títulos prácticamente desconocidos para el gran público como fueron "The Mutiny of the Bounty" (Raymond Longford- 1916) e "In the wake of the Bounty" (Charles Chauvel- 1933), ésta última con Errol Flynn en su debut cinematográfico.






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"La Tragedia de La Bounty"- (Mutiny on the Bounty- Frank Lloyd- 1935)
Charles Laughton: El Sádico



Un histriónico Laughton interpreta aquí a Bligh como a un psicópata, un malvado de opereta, sádico y arbitrario, recreando un estereotipo de villano muy poco creíble mas próximo al Ming de Flash Gordon o al Amon Goeth de Schindler.
   Clark Gable es Fletcher Christian, que se amotina para salvar la vida de sus marineros antes de que el desequilibrado asesino en serie de Bligh acabe con todos.
La cinta no pasa de ser una simple película de aventuras sin mas pretensión que el puro entretenimiento.

"Rebelión a Bordo"- (Mutiny on the Bounty- Lewis Milestone-1962)
Trevor Howard: El Déspota 



   Al contrario que Laughton, Trevor Howard es un Bligh frío, burocrático y estricto, un deshumanizado funcionario de menudeos corruptos, inflexible en los castigos, cuyos excesos en el poder le vuelven déspota.
Para este Bligh, lo único importante es la misión, llevar el árbol del Pan a tiempo a Jamaica, por lo cuál el episodio del Cabo de Hornos se vuelve revelador llevándonos como espectadores al in crescendo del racionamiento del agua de la tripulación para abastecer las plantas, hechos que se convierte en la gota que colma el vaso para que Fletcher Christian, en esta ocasión encarnado en Marlon Brando, desencadene el motín.

   Esta versión, al contrario que la de Lloyd, rezuma lectura política por todos sus planos. Es esta película la que contribuye a convertir a La Bounty en un símbolo contra la tirania institucional, y a Fletcher Christian en el estandarte de la rebelión contra el poder establecido, ya que Bligh se limita a cumplir las leyes de la marina, leyes injustas, sí, pero leyes vigentes al fin y al cabo.

   De ahí la escena al final en la que Christian propone a sus amotinados regresar a Inglaterra a dar la cara, a defender su postura. El exilio político les convierte en delicuentes, mientras que el acto de reivindicar su sublevación como justa les cubre de dignidad.

No hay que ser muy listo para ver la alegoría sobre el macartismo y la caza de brujas, que el propio Milestone sufrió en sus carnes.
  

"Motín a Bordo" - (The Bounty- Roger Donaldson- 1984)
Anthony Hopskins: El Ser Humano



Pero lo cierto es que nada de lo relatado en las cintas anteriores es fiel a la verdad histórica. 
   Bligh era un hombre justo, preocupado por el bienestar de sus hombres, por la calidad de los alimentos y por hacer lo mejor posible la dura vida en alta mar.
Los datos nos hablan de un capitán que rara vez castigaba a sus marineros. Amonestaba allí donde otros azotaban, y azotaba allí donde otros ahorcaban. De hecho, a los desertores de Tahití no les aplicó la pena de muerte tal y como dictaba el código, sino que los azotó y encerró.

   Tras la dura travesía y el fracaso del Cabo de Hornos, al llegar a Tahití, Bligh permitió que su tripulación disfrutara de la hospitalidad de los indigenas. Durante meses los marineros alternaron sexualmente con las nativas, disfrutaban de los manjares que la isla les ofrecía y holgazaneaban en aquel paraíso perdido.
   Bligh pronto vio que su laxitud hizo que el tema se le fuera de las manos, asi que trató de restablecer la disciplina y ordenó regresar a Inglaterra.
El panorama que esperaba a los marineros, después de la vidorra y el desenfreno sexual en Tahití, era otros dos años encerrados en La Bounty comiendo pescado seco.
   Este y no otro fue el motivo del motín.

La cinta de Donaldson trata de acercarse a esta realidad, mostrando a un Bligh / Hopskins humano, con dudas, atormentado, y a un Christian (Mel Gibson) que se subleva para volver a Tahití a cepillarse a la nativa de la que se enamoró.

Esto hace de "The Bounty" la cinta mas históricamente fiel de las tres, y quizás por ello, la menos espectacular y mas aburrida de todas.


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¿Y a que viene todo esto? Pues a una pregunta que me ronda la cabeza desde hace tiempo. ¿Tiene derecho el cine a alterar así la verdad histórica, en aras de elaborar un mensaje político y social? ¿convertir a Christian en el héroe de la rebelión contra la tiranía que no fue, y a Bligh en el tirano déspota que tampoco fue?

¿Transformar a Espartaco en un mártir por la libertad y la dignidad del ser humano? 

   Desde luego, La Bounty se ha convertido en un icono de la rebeldía lanzando un mensaje de dignidad contra la tiranía, y eso es bueno, pero ¿No estamos un poco en deuda con el auténtico William Bligh?


William Bligh


miércoles, 9 de diciembre de 2015

Imágenes Inaceptables


"Habría que crear imágenes inaceptables. Que la gente eche espumarajos de rabia. Hay que obligarlos a comprender que viven en un mundo muy raro. Un mundo que no es nada tranquilizador. Un mundo que no es como ellos creen"
(Pablo Picasso)

   Siempre que leo esta frase recuerdo el mismo ejemplo; el Frankenstein de James Whale de 1931.
¿Recuerdan la escena del lago entre el monstruo y la niña?
Ambos están tirando las flores al agua, se acaban las flores y el monstruo se abalanza sobre la niña. El plano se corta y pasa a otra secuencia, la del baile en el pueblo.

   Esa elipsis, que resulta realmente genial, no es premeditada sino producto de la censura del estudio. Si tienen la oportunidad de visionar un montaje completo "sin censura" que se elaboró hace algunos años (yo lo tengo grabado en VHS, bendito VHS) comprobarán que le escena del lago continuaba.
   El monstruo se abalanza sobre la niña, la toma en brazos y la arroja al lago para luego huir despavorido.
   La Universal consideró que esa parte de la escena era demasiado fuerte para ser mostrada al público de la época.



   Pero lo que consiguió fue que el espectador rellenara esa elipsis a su antojo, imaginando lo que el monstruo le había hecho a la niña, cualquier cosa mas horrible que simplemente el hecho de tirarla al lago.

   Muchas veces, en el cine actual se ha olvidado esa lección. Se ha perdido la elegancia de lo sutil, sin entender que exacerbando el concepto sólo consigues diluir el mensaje.
Cuando Picasso hablaba de crear imágenes pertubadoras no se refería necesariamente a mostrarlas explícitamente, sino a darle forma en la mente del espectador.

   Así, películas como "Irreversible" o "Saló" adolecen de esta falta de sutilidad, diluyendo su mensaje eclipsándolo tras un efectismo de dudoso gusto.



¿Qué porcentaje de espectadores fueron capaces de asimilar en "Irreversible" aquello de "el tiempo todo lo destruye"?
¿y cuántos te dicen "ah sí, esa peli en la que a la Bellucci le dan por el culo a lo bestia"?

   Claro que el efectismo te ayuda a vender tu película. ¿Que sería de Larry Clark o de Gaspar Noé si no trataran de provocar con imágenes lo mas desagradable posible?

   Recuerdo una escena de "El Tercer Hombre" de Reed, en la que Cotten visita un hospital infantil para ver las secuelas que ha dejado en los niños la penicilina adulterada de Harry Lime.
   Cotten recorre las camas del hospital y Reed nos muestra únicamente su rostro, sin que veamos nunca los estragos en los niños. 
   Eso es elegancia al rodar, claro que tener a un actor como Joseph Cotten ayuda bastante para trasmitir algo así sin mostrarlo realmente.


   Quizás eso es lo único bueno que tuvo la censura, que contribuyó a que los directores inventaran todo un lenguaje basado en la elipsis y el fuera de campo, lenguaje que algunos han sido capaces de heredar, y otros han preferido no hacerlo.

   Yo, al menos, tengo claro lo que prefiero ver.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

martes, 1 de diciembre de 2015

Los Días Vacíos (IX). Pensamiento final.


   Ya habíamos dado por finalizado el rodaje. Hace cosa de dos meses ya.
Si hasta hicimos una fiesta de fin de rodaje y todo.

Pero claro, luego miras el montaje final que has hecho, y "sientes" que le falta algo. Algo que no se te había ocurrido antes, pero que ahora sientes que la historia lo demanda.
  Ésa es la versión oficial. La otra es que para ti estar dos meses sin rodar es lo mas parecido a morirse, y casi que te convences a ti mismo de que hay que rodar esa secuencia de mas.

Así que pides un último esfuerzo al equipo.
Me podrían haber mandado a hacer puñetas, y lo hubiera entendido, la verdad, pero no. 
Ahí estaban todos otra vez, a las 9 de la mañana de un domingo, (que ya hay que tener ganas), dispuestos y preparados. Y mi pensamiento fue. "Que cojonudo es esto, no hay nada en el mundo como esto."

Y nos bailamos tres escenas mas.
   Primero en una sala de cine cedida amablemente por Junior Melo, con los personajes viendo "Un día de furia", (película que, por cierto, ninguno de los actores ni equipo técnico había visto. )
   Traveling lateral. Iluminación. Primeros planos intensos. Construir la situación y hacerla creíble. Ver que te ofrecen los actores.
Terminar antes de las once y media de la mañana que a las doce hay sesión de cine.
Y pienso: "Que cojonudo es esto. no hay nada en el mundo como esto. Estaría el resto de mi vida haciendo esto."

   Luego carretera, hasta la playa.
Steady Cam a 60 frames. Los personajes se bañan en la playa. Las gotas del mar salpican a cámara lenta. Pablo corre y salta por la orilla con el estabilizador persiguiendo a Iván, Cathy, Cristina y Ragüel, que juegan y saltan entre las olas, entrando y saliendo de plano.
Y pienso: "Que cojonudo es esto, es que no hay nada como esto, estaría toda mi vida rodando y rodando".

   Nos vamos a casa. Nos duchamos y nos citamos otra vez para las seis y media, en la puerta del karaoke.
No me preguntes como, pero Samuel ha conseguido que nos presten el local para rodar allí.
   Nacho monta el traveling. 
Yo: "Pablo, un 85". Tres palabras y Pablo ya sabe lo que le voy a pedir en esta escena.
Iluminamos.
Cathy y Cristina cantan (sufriendo, la verdad) una de Sabina.
Improviso. Meto a Ragüel en plano. Se me acaba de ocurrir, porque la verdad es que no lo tenía planificado.
Tiramos el contraplano.
En mi cabeza planifico el montaje. "Esto editado en paralelo, montaje quebrado, karaoke-playa-cine-playa-cine- karaoke, con una canción de Ángel Ravelo de fondo, y se caga la perra".

Recogemos equipo, enrollamos cables.
Se acabó. Esta vez sí que sí.

Y pienso. "Que cojonudo es esto, no hay nada como esto... pero vamos, que si me pagaran por hacerlo ya sería la hostia"...